Porque lo nuevo está detrás del límite y el lenguaje es un límite: es un acotador acotado por sí mismo.
«Izena duen guztia omen da» (Todo lo que tiene nombre, existe)
Cierto, aunque quizás sólo exista en la imaginación. Y a lo que no tiene nombre, pero existe, se le llama «situación». No tener nombre le puede pasar a cualquiera en situaciones nuevas. Hasta que llega alguien que en seguida lo bautiza. Entonces todos respiran un poco más tranquilos porque aquello ya tiene nombre y eso le hace parecer más controlable.
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Gracias, joseluis817.
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